viernes, 13 de mayo de 2011

La Comarca Élfica (II)

Actual ciudad de Mónaco. Liz era una chica corriente. Lista, aventurera, y le encanta el misterio. Una tarde fue a la biblioteca de su ciudad para buscar información para un trabajo del colegio. Recorrió toda la biblioteca, ella quería estar sola pero había demasiada gente y no se sentía agusto. Andó por pasillos por los que nunca había pasado hasta llegar a una sala pequeña, oscura, con pequeñas ventanas y muchas velas. Estaba rodeada de estanterías muy altas y libros muy extraños que nunca tuvo ocasión de ver. El que más le llamó la atención fue uno muy, muy viejo, con mucho polvo. Le echó un vistazo, percatándose de que las "letras" de la portada no eran de su alfabeto. Eran unos carácteres muy antiguos. Recordó entonces la clase de Cultura Clásica. Esos signos tan extraños pertenecían al Tengwar, el alfabeto élfico. Le maravilló tanto que lo seleccionó. Nada más llegar a su casa, sentada en su cama, comenzó a leer. Se lo leyó entero, en menos de seis horas (era un libro muy grueso). Tenía los ojos como platos. Se acababa de enterar de las razón del porqué en su mundo solo existían humanos. Pero en resumen, lo que más le impactó fue el hecho de invocar a una criatura fantástica que le llevaría a un lugar lejano. Sin esperar más, llena de impaciencia y de intriga, no se lo pensó dos veces. Salió de su casa a hurtadillas, total, sus padres no volvían hasta la semana que viene ya que, por motivos de trabajo, tienen que pasar una semana en Bélgica. Al salir de su portal recorrió toda la avenida, los callejones, hasta llegar a un descampado bastante apartado. En plena madrugada, cuando se aseguró que no había ningun mendigo ni ningún ser que la tomara por loca, pronunció las palabras para invocar a esa criatura tan maravillosa llamada Fénix. "Oh, grandioso ser candente que me transportas del mundo cruel al armonioso, llévame contigo a este último".

Historia escrita por: Macarena y Rosa.

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